sábado, 29 de enero de 2011

Cada vez dormimos menos y peor



Cada vez dormimos menos y peor. Y la mayor parte de los trastornos del sueño se deben a causas ambientales o malos hábitos. Olvidamos que los estímulos del día se meten en la cama con nosotros y que la calidad del descanso determina nuestra salud.

"Hace siglos, la gente se levantaba al amanecer y se acostaba al anochecer, y no existían patologías del sueño. Los trastornos surgen con la era industrial, la electricidad, los turnos de noche", expone la especialista, que opina que este es un gran problema de fondo del empobrecimiento del descanso.

"La mayoría de nuestras hormonas se segregan con el sueño, y el sueño va con la luz del sol", señala Inés Picornell, jefa de neurofisiología clínica del hospital de Móstoles (Madrid), que trae a colación cómo en otoño de 2002 en Suiza, hasta entonces un islote horario en Europa, se acompasó con el resto del continente y adelantó los relojes una hora para aprovechar mejor la claridad invernal; aquel año la producción láctea cayó, en cantidad y calidad, porque los ganaderos ordeñaban antes de que las vacas segregaran la hormona de la leche.

Una de las principales medidas, según sus conclusiones, sería cambiar a luces más brillantes en el interior y pasar más tiempo al aire libre durante el día. La luz, el ejercicio físico, una película de terror, un concierto de música clásica, el alcohol, un disgusto... Lo que hacemos, los estímulos que recibimos a lo largo de la jornada, sobre todo en las dos o tres horas previas a ponernos el pijama, se meten con nosotros en la cama. Y al revés, la cantidad y calidad de nuestro descanso va a influir enormemente en cómo encaremos el día siguiente.


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http://www.elpais.com/articulo/sociedad/hay/ovejas/suficientes/elpepusoc/20110108elpepusoc_6/Tes

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